jueves, 11 de agosto de 2011

Tus ojos por mi pecho miran verdes

Hay en mis venas más tormenta cuando, loco 
preso de tu mirada, 
yo te miro. 
Cuando desnuda me conviertes en montaña. 
Cuando nocturna me derrocas en un río. 

Como una llama desnuda que se aviva 
todo me empujo por tu piel enajenada, 
todo mi acento en tus entrañas se consume. 
Profano porvenir 
que me acapara. 

Cuando la brisa mueve caracoles por tu falda 
hay un tumulto milenario de escaleras, 
de tambores; 
algo se esconde por pasillos en mi mente, 
y abre ventanas 
y las cierra. 

Tus ojos por mi pecho miran verdes, 
a veces los escucho cuando callas. 

Cuando la tarde se pasea por tus cabellos 
todos los sueños se detienen, 

todas las luces se me encienden en el alma.

© Alejandro Frías

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