lunes, 21 de noviembre de 2011

Jinete sin rostro
que abona los campos de lágrimas.
A veces detenido un instante
en la esperanza fugaz de una sonrisa;
el descarrilamiento mortal
del corazón acelerado.

Allí me entretengo,
derramando preguntas;
inagotable filón de voces geométricas.
La habitación del deseo amueblada.
La habitación del alma
eternamente vacía.

La habitación del sueño,
con todos sus enseres 
bajo el polvo azul,
frontal, de los relojes.

Al otro lado me tiendo
de esa noche de abismo
y olas negras,
enteramente atravesado;
como el triste poeta
de la cama desnuda
que no tiene más que circunloquios,
nada más que tristeza.

Herida que traspasa mi cuerpo ficticio,
lacerante saeta que me llena de nieve;
interrogación pesada, 

cual gancho de acero.

© Alejandro Frías

jueves, 3 de noviembre de 2011

Cordón del tragaluz de tus tobillos,

cinturón de esperanza en tus talones,

telaraña que besa los rincones

donde vagan mis ojos amarillos.


Marinero en la proa de tus caderas,

voyeur en la cubierta de tu falda,

timonel en la curva de tu espalda,

pirata despojado de banderas.


Apátrida en la cárcel de tu pecho,

presidiario en el sol de tu mirada,

carámbano de hielo en esa roca.


Felino de tus labios al acecho,

cautivo de mi pluma enamorada,

mercenario en el puerto de tu boca.

© Alejandro Frías