Te esperaré secando al sol las alas nuevas,
tachando en un raído calendario los miedos y las sombras,
ordenando los díscolos minutos de las horas perdidas,
incubando palabras con números romanos.
Y si te veo llegar, tal vez...,
si vienes,
será como tenerte y no tenerte,
como decir “adiós” sin despegar los labios.
Y si te veo venir,
si te hallo,
será como surcar el piélago insondable
de las aguas ambiguas de un adverbio de tiempo.
Y eso es cierto e irrefutable,
herméticos y ausentes bailaremos entre el vaho de las piedras,
una elíptica danza sempiterna y silente.
Se quebrarán las uñas de los años
y morderán el polvo,
en ese taciturno balanceo,
las sirenas.
Todo será renacimiento.
Ya no podrá reinar el sol ni repartir estrellas.
© Alejandro Frías