lunes, 4 de julio de 2011

Esperanza


Acariciar la esperanza 
Corcovada y vieja usurera 
Guardián terrible de esta ilusión. 

Atrapar al vuelo esa tenue mariposa 
Presunta prisionera de la luz 
Y dejarme llevar por ese río que nunca desemboca. 

Llegar a ser el testigo silencioso 
Del parto eléctrico en las calles más sombrías 
Hundir la mirada en ese suelo de serpientes 
Sin verter la protesta 
Ni la lágrima. 

Acariciar la esperanza 
Terrateniente insensible de este corazón resquebrajado 
Buscar la limosna de un recuerdo 
En todas esas calles que gritan tu nombre 
En esos tugurios de alcohol y melodías dulzonas 
Donde la nostalgia es cruel e invulnerable. 

Acariciar 
Eso sí 
La esperanza.

© Alejandro Frías

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