viernes, 15 de julio de 2011


El cigarrillo pendiendo
De esa brecha cansada de escupir palabras
Serpiente interrogante de tu ausencia.

Palabras de holas y de adioses
De manos enredadas
Dirigidas a una taza humeante
A un resto de alcohol que vaticina
Sudor de potros encendidos.

Palabras de puertas abiertas
Y de puertas cerradas
La ignorancia tibia del tic-tac desatendido
Palabras de ropa interior
Palabras externas e interiores.

El cigarrillo serio
Tras la fachada vieja de este pertinaz ordenador
Oscura cueva de murciélagos
De trampas de sangre y de ficheros.

La frente limpia y arrugada
La desleal transparencia
Por donde navega tu rostro
Traicionero y maduro
Pesado como una estrella
Como un Dios apático y severo
Un beso ingrávido, espumoso y eterno.

© Alejandro Frías

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