El cigarrillo pendiendo
De esa brecha cansada de escupir palabras
Serpiente interrogante de tu ausencia.
Palabras de holas y de adioses
De manos enredadas
Dirigidas a una taza humeante
A un resto de alcohol que vaticina
Sudor de potros encendidos.
Palabras de puertas abiertas
Y de puertas cerradas
La ignorancia tibia del tic-tac desatendido
Palabras de ropa interior
Palabras externas e interiores.
El cigarrillo serio
Tras la fachada vieja de este pertinaz ordenador
Oscura cueva de murciélagos
De trampas de sangre y de ficheros.
La frente limpia y arrugada
La desleal transparencia
Por donde navega tu rostro
Traicionero y maduro
Pesado como una estrella
Como un Dios apático y severo
Un beso ingrávido, espumoso y eterno.
© Alejandro Frías
No hay comentarios:
Publicar un comentario