En esta Navidad no he escogido
bombillas de colores.
No he escrito cartas todavía.
Ni he descorchado botellas de celebración.
En esta Navidad estoy tan lejos
que me dejo arrullar por los lobos.
Y aún no he buscado un árbol
que pueda alojar una certeza,
un triste recuerdo entre sus ramas.
Es éste, un invierno helado:
un eco extraño de antiguos villancicos
que dibujan torpemente navidades lejanas.
En esta Navidad todo es tan solitario.
Tan irreal, fugaz, la eterna noche;
las páginas inciertas del nuevo calendario.
En esta Navidad me escurro,
y presumo que soy tan indiscreto
como el vagar sin norte de un animal enamorado.
Tres camellos suben
un silencio de estrellas.
Triste danza, ilusoria,
en el gélido salón de la utopía...
...el rastro inalcanzable de una noche sin guerras.
En esta Navidad soy sólo un árbol desnudo.
Sin luces.
Sin adornos.
© Alejandro Frías
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