Se me está olvidando el sitio
por donde aún no te he buscado,
por donde te he pensado tantas veces
que más de un conductor suicida
se ha aprendido mi nombre.
Porque buscarte es lo que hasta ahora he respirado,
llenando los bares de colillas,
las tazas de silencios,
poniéndole el pijama a las farolas.
Morfeo se apea en la estación de metro
que tiene un graffiti con tu nombre,
allí donde bosteza el vientre de la abeja
y cambian divisas las hormigas.
Porque buscarte es el lecho donde duermo,
donde el líquido espeso se me enfría;
se me está olvidando ese sitio.
© Alejandro Frías.
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