Los pies descalzos,
el cabello enmarañado,
la piel desnuda y mortal, resquebrajada,
sin esa pátina de soles y de estrellas,
... por la sutura inconclusa se atisba un sueño
verde,
un espejismo de lujuria adolescente.
Efímera la tarde,
apenas un gemido...
Otoño.
Es el árbol desnudo
como un cadáver
y le cuentan historias
las hojas secas,
de soledades.
Es el árbol desnudo
como un cadáver
y le cuentan historias
las hojas secas,
de soledades.
© Alejandro Frías
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